Un equipo internacional de investigación ha establecido un vínculo entre la microbiota intestinal y las enfermedades inflamatorias crónicas como la artritis. El equipo dirigido por Éric Boilard, de la Universidad Laval, ha descubierto que una proteína presente de forma natural en el intestino actúa sobre la microbiota y provoca la formación de moléculas que agravan los síntomas de estas enfermedades. Los detalles de este hallazgo se publican hoy en la revista Journal of Clinical Investigation – Insight.

La proteína en cuestión, la fosfolipasa A2-IIA, se descubrió hace varios años en el líquido que rodea las articulaciones de las personas con artritis, según el Dr. Boilard, profesor de la Facultad de Medicina de la Universidad Laval e investigador del Centro de Investigación CHU de Quebec-Universidad Laval. Posteriormente se detectó la proteína en otras partes del cuerpo, sobre todo en el intestino, donde se produce en abundancia.

«Pasó mucho tiempo antes de que nos diéramos cuenta de que presenta una actividad antibacteriana», dijo el Dr. Boilard. «La proteína interactúa poco con la membrana de las células humanas, pero tiene gran afinidad por las membranas bacterianas. Se une a estas membranas y las divide, liberando pequeñas moléculas como ácidos grasos».

Para estudiar el efecto de esta proteína en la microbiota intestinal, los investigadores utilizaron una línea de ratones transgénicos. «Estos ratones tienen el gen humano que codifica la fosfolipasa A2-IIA», explicó el investigador. «A medida que envejecen, desarrollan espontáneamente manifestaciones de inflamación sistémica crónica».

Los experimentos con estos ratones revelaron que la fosfolipasa altera el perfil de los lípidos bacterianos que acaban en el intestino. «Al liberar ácidos grasos de las membranas bacterianas, la proteína produce lípidos proinflamatorios que exacerban la inflamación crónica y aumentan la gravedad de los síntomas de la artritis en estos ratones», resumió el Dr. Boilard.

En otro artículo publicado simultáneamente en el Journal of Clinical Investigation – Insight, investigadores japoneses dirigidos por Makoto Murakami, de la Universidad de Tokio, demostraron que la acción de la fosfolipasa en la microbiota intestinal de los ratones también afecta a la psoriasis, otra enfermedad inflamatoria, así como al cáncer de piel. «Hace tres años nos dimos cuenta de que nuestros respectivos equipos iban por el mismo camino», dijo el Dr. Boilard. «Acordamos trabajar juntos para arrojar luz sobre esta nueva pista».

Estos avances podrían tener implicaciones terapéuticas, afirma. «El trabajo de ambos equipos sugiere que la inhibición local de la fosfolipasa puede aliviar el proceso inflamatorio que exacerba ciertas enfermedades. También sugiere que el bloqueo de los lípidos proinflamatorios bacterianos producidos en el intestino por esta proteína podría reducir los síntomas en personas con enfermedades inflamatorias sistémicas. El siguiente paso de nuestro trabajo es probar estas ideas en pacientes con artritis».

El estudio dirigido por el Dr. Boilard es el resultado de un esfuerzo de colaboración entre 22 investigadores de la Universidad Laval, Japón, Francia y Estados Unidos. El primer autor es Etienne Doré, estudiante de doctorado de la Facultad de Medicina de la Universidad Laval y galardonado con un premio de la Sociedad de Artritis.

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