Uno de los pilares del tratamiento del cáncer de próstata es privarlo de andrógenos, las hormonas que lo hacen crecer. Los testículos son la principal fuente de estas hormonas, por lo que el tratamiento puede consistir en la extirpación quirúrgica de estos órganos o en el uso de fármacos para bloquear su producción hormonal.
Con el tiempo, algunos cánceres de próstata se vuelven resistentes a estos tratamientos y comienzan a expandirse de nuevo. Como ocurre con muchos cánceres que muestran estos comportamientos, encontrar exactamente lo que los hace resistentes puede ser complicado.
Un culpable puede ser la bacteria que vive en el intestino. Los investigadores descubrieron que en ratones castrados y en personas sometidas a terapia de privación de andrógenos, algunas de estas bacterias intestinales empiezan a producir andrógenos que pasan fácilmente al torrente sanguíneo. Según estos nuevos hallazgos, publicados en la revista Science, los andrógenos parecen favorecer el crecimiento del cáncer de próstata y su resistencia al tratamiento.
Este estudio es el primero que demuestra que las bacterias pueden producir testosterona, aunque los investigadores aún no están seguros de qué es lo que las impulsa a hacerlo. Los resultados sugieren que el tratamiento de privación de andrógenos también puede conducir a una mayor cantidad de estos microbios productores de hormonas en el intestino. Las bacterias fecales de las personas con cáncer de próstata resistente al tratamiento también mostraron una relación con una menor esperanza de vida.
Los trasplantes fecales de ratones con cáncer de próstata resistente al tratamiento podrían desencadenar la resistencia en animales con enfermedades susceptibles a estas hormonas. Cuando estos ratones recibieron trasplantes fecales de humanos con cáncer resistente, el efecto fue el mismo: un cambio hacia la resistencia al tratamiento.
Pero lo contrario también era cierto: Los trasplantes fecales de ratones o humanos con cáncer susceptible a las hormonas contribuyeron a limitar el crecimiento del tumor.
Los hallazgos pueden sugerir nuevas dianas terapéuticas: los microbios que viven en el intestino. En los estudios con ratones, los investigadores descubrieron que cuando eliminaban estas bacterias, el cáncer progresaba mucho más lentamente hacia la resistencia al tratamiento. Los autores de un comentario que acompaña al estudio afirman que hay otros lugares en los que buscar las bacterias que podrían estar produciendo estas hormonas, incluyendo el tracto urinario o incluso en el propio tumor.
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