El dieciséis por ciento de los cánceres en todo el mundo son atribuibles, al menos en parte, a la infección, lo que muestra el vínculo entre los agentes microbianos y la tumorigénesis [1]. Los estudios para investigar más a fondo el papel del microbioma en el cáncer se han acumulado en los últimos años, con un interés particular en las bacterias intratumorales [2]. Se han detectado bacterias intratumorales con funciones fisiopatológicas específicas en varios tipos de cánceres [3,4]. Sin embargo, la identificación de bacterias asociadas a tumores es un desafío debido a la posible contaminación externa y al bajo contenido bacteriano en la mayoría de los tumores, lo que resulta en una baja proporción de ADN bacteriano y del huésped [5]. La mejora de la sensibilidad de las herramientas analíticas de próxima generación durante la última década ayudó a superar estos problemas técnicos.
En 2020, Nejman et al. [3] realizaron un análisis exhaustivo del microbioma tumoral utilizando la secuenciación del gen de ARNr 16S en siete tipos de cáncer, incluidos los tumores de mama, ovario, páncreas, hueso, melanoma, pulmón y cerebro. Al analizar 1526 tumores con una sola plataforma, mostraron que cada tipo de tumor tenía una composición de microbioma distinta con funciones metabólicas específicas y que las bacterias intratumorales son predominantemente intracelulares tanto en el cáncer como en las células inmunitarias.
En otro estudio publicado en 2017, Bullman et al. [6] estudiaron el papel de la Fusobacterium nucleatum en el cáncer colorrectal metastásico. Mostraron que esta bacteria se detectó en el 50 % de las muestras de pacientes y que la colonización de los cánceres colorrectales humanos con Fusobacterium y su microbioma asociado, incluidas las especies de Bacteroides, Selenomonas y Prevotella, se mantuvo en metástasis distantes, lo que demuestra la estabilidad del microbioma entre los tumores primarios y metas Estos hallazgos sugirieron que las bacterias del tumor primario pueden migrar a sitios metastásicos.
En el contexto de estos dos estudios principales, nuestro objetivo fue probar la hipótesis de que la microbiota intratumoral de las metástasis difiere dependiendo de la ubicación principal. Con este fin, realizamos un análisis de microbioma en muestras de biopsia de diferentes sitios (ndulo linfático, pulmón, hígado) de pacientes con diferentes tumores primarios (cáncer de mama, pulmón, colorrectal) previamente incluidos en el ensayo SHIVA01 [7]. Este ensayo aleatorizado de fase 2 evaluó la eficacia de varios agentes dirigidos molecularmente en pacientes con diferentes tipos de cáncer avanzado. Además, analizamos la asociación de las características del microbioma con los parámetros clínico-patológicos comunes a todos los tipos de tumores y los resultados de los pacientes.
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