La evidencia acumulada demuestra que las bacterias intestinales influyen en la oncogénesis, la progresión del tumor y la respuesta a la terapia. Por tanto, la manipulación selectiva de la microbiota intestinal puede representar un medio factible para limitar la incidencia de tumores específicos en la población general y / o mejorar la actividad de varios agentes anticáncer.
Aunque la primera posibilidad se ha investigado en varios modelos de oncogénesis con resultados prometedores, aún no se han establecido los efectos oncopreventivos reales de los anti-, pre, pro y posbióticos en humanos.
Por el contrario, manipular selectivamente la composición de la microbiota intestinal como puerta de entrada a respuestas óptimas a la quimio, la radio o la inmunoterapia en la clínica es un concepto relativamente nuevo y se requieren estudios adicionales para comprender el valor clínico de tal enfoque.
En este contexto, la selectividad limitada de la mayoría de los antibióticos convencionales y la elevada heterogeneidad interindividual de la microbiota intestinal pueden constituir obstáculos importantes. Los antimicrobianos altamente específicos, como las bacteriocinas, y el desarrollo de nuevas tecnologías que permitan una rápida caracterización en profundidad de la microbiota intestinal de forma personalizada pueden evitar estos problemas, al menos en parte. Modular la microbiota intestinal puede constituir una estrategia viable para mejorar la eficacia clínica de la quimio, la radio y la inmunoterapia contra el cáncer.
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